Km. recorridos: 72 El día se hace un poco largo - la escasa preparación encima de la bici pasa factura- pero el camino y quien en el se encuentra nos da frescura de nuevo, ya descansaremos por la tarde, que descansaremos, ¡vaya que si! Ademas la paradinha en la calle Laurel, renueva a cualquiera.
Departiendo
con el primer peregrino bicicletero del mundo mundial. Un rincón
agradable, una charla, algunos consejos, que aprovechamos para darnos un
pequeño respiro. Casi que me siento en el columpio y que mezan un rato.
Garaje para dos bicis, los dos primeros se lo quedan, el que llegue mas tarde que duerma al aire libre
La parte más gratificante: llenar la panza. ¡Esto se nos da mejor que el pedaleo!… sin ningún genero de dudas.
El descanso del guerrero… otro descanso… quiero decir.
¿Quien decía que no cocinábamos? … o cocinas…. o no comes ¡clarísimo!
El
mejor amigo del perro… digo del hombre, que el esfuerzo me confunde.
Ahí va, con la mochila al lomo y a pata, como mandan los cánones.
Tranquilos, que el can peregrino lleva compaña, su dueño, compañeros de
aventura y esto de andar, lo es. Lleva las pezuñas protegidas, que el
camino es arduo y toda ayuda es buena.
Esta
noche nos han arrinconado ¿Seremos peligrosos? ¡Nos da lo mismo! Nos
tumbamos en cualquier cosa que sea blanda… las partes nobles lo
agradecerán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario